Mientras que en hombres VIH+ es necesaria la utilización de una técnica de Reproducción Asistida, cuando el problema afecta al otro miembro de la pareja, es decir, cuando es la mujer que sufre la infección, esto no es imprescindible, y de hecho, en estos casos, la auto-inseminación durante los periodos periovulatorio es una opción válida.
El principal inconveniente es que se ha observado una disminución de la fertilidad en las mujeres VIH +, a nivel hormonal (FSH, Inhibina B y AMH) y de menor reserva ovárica. Y no sólo eso, sino que ya sea por la infección vírica o consecuencia del tratamiento con antirretrovirales (HAART) la calidad de los óvulos se ve seriamente comprometida, por lo que la Fecundación In Vitro se convierte en la mejor alternativa.
Ni en los óvulos ni en sus células acompañantes (células del cumulus) hay receptores para el virus, y por tanto en el laboratorio se consigue que el embrión esté libre de VIH, y se pueda intentar la gestación de manera segura.
Gracias a los tratamientos con Antirretrovirales, una vez conseguido el embarazo, el momento en que hay que tener un cuidado especial para evitar la transmisión al bebé es el momento del nacimiento, pero con los protocolos utilizados actualmente, el riesgo es afortunadamente muy bajo.